Hace poco (no tan poco…) hice un préstamo hipotecario para mi primera vivienda. Un lindo espacio cómodo (que a mí me parece relativamente pequeño, pero supongo que es la malacrianza de haber vivido en una casa grande) con casi la vista perfecta: si viviera un piso más alto vería el mar y las montañas. La combinación perfecta para mí es vivir entre los dos y poder tener una vista hacía ambos lados. Sentir que vivo en una ciudad casi llegando al campo. Volviendo al tema de todos los días… Lamentablemente me engañaron en el banco y me siguieron subiendo la tasa de interés al punto que tuve que decirle al muchacho: “o me cierras el contrato ahora o me voy a quedar sin dinero para pagártelo”. Así cerramos el trato finalmente… No sin que antes mi papá tuviera que poner muuuuucho dinero de pronto (más de $20 mil, por la parte que él pagó). ¡Ah! ¿Les dije que el pago mensual es $20 menos de mi ingreso neto mensual? ¿No? Pues ya lo saben.
En ese entonces, al momento de comprar, yo tenía ya acumulado $15 mil pesitos ganados por mi propio sudor. Y en menos de 3 meses vi como el cochinito seguía rebajando hasta que me vi con la cuenta del banco completamente vacía. Así es como se me fue el dinero y dejaron de engordar las vacas: unos miles para los propietarios porque insistían en darle más de lo que tasó la vivienda, pago por instalación y fianza de las utilidades más la mensualidad, pago de la mensualidad de la hipoteca, pago por el mantenimiento de la comunidad, pago por los muebles (que fueron una ganga de Berríos de $1,600 por un sofá, love seat, juego de gavetas de cuarto, un mueble para televisor en elmáster, juego de 2 mesitas de noche, una mesa de televisor para otro cuarto), etc. Lo demás, todo regalado: juego de comedor, lavadora, secadora, abanicos. La nevera, la estufa y los aires acondicionados vinieron con la vivienda. ¡Ah! Y el pago de una puerta de cristal que me rompieron… (pero ya eso es cuento para otra nota).
Desde el primer día que pisé mi vivienda todo ha sido un ahorro eterno: todas las luces apagadas durante todo el día, lo que no se usa se desconecta (con excepción de la lavadora, secadora y nevera), jamás uso los aires acondicionado (una visita me triplicó la cuenta de la luz por el uso continuo del aire acondicionado por dos semanas y yo sudando con mi abaniquito en mi cuarto).
Aún así, ya a los 3 meses no tenía nada. Y así mismo vino el cierre gubernamental por la crisis financiera del gobierno estatal. Me fui corriendo a hacer mis visitas a las entidades correspondientes para eliminar los pagos automáticos. Y aunque finalmente decidieron pagar el dinero, ya yo estaba deprimida por los días sin trabajar y el dinero no dio para pagar. De esa forma me atrasé en todos los pagos. Me dejaron sin luz eléctrica. Y cuando pude por fin pagar, un error del operador hizo que se tardaran 4 días en regresarme la luz (llamé todos los días hasta que me reinstalaran el servicio).
De casualidad un día visitaba Wendy’s con un amigo y vi el anuncio de que buscaban empleados. Decidí ir a entrevistarme… lo que en realidad era fue coordinación de horarios en vez de entrevista. Así fue como me convertí en “sándwichera” del área de confección desándwiches. ¿Quién hubiera imaginado una chica sorda tomando órdenes de tres cajeros a la misma vez cuando se dañó el sistema computadorizado de órdenes? De seguro tampoco nadie me hubiera imaginado a mí limpiando jejeje.
De este tercer trabajo no quiero hablar mucho… Demasiados chismes dentro de allí. Dejémoslo con que me dediqué a trabajar en una oficina de finanzas que me causó mucho dolor de cabeza, estrés, espasmo, migraña y dolores como si tuviera congestión. Toda mi vida yo escuchando historias de los “jefes difíciles” y jamás me había sucedido hasta que llegué a esa oficina. Completé mi trabajo antes de cumplir el año y me fui. Preferí quedarme pillada económicamente antes de enloquecer.
Después de esto, espléndidamente me acordé que nunca me había llegado mi reintegro de Hacienda. Siempre hay que entregarles todo a tiempo a ellos para que no nos penalicen, pero nosotros no los podemos penalizar a ellos. Me fui a Hacienda a averiguar y mi felicidad fue que me tenían un cheque pendiente (o mejor dicho, le llegó al vecino y nadie lo había cambiado y me dieron otro). El lado bueno de esto fue que el cheque me llegó justo después de las Navidades: ya había recibido el bono Navideño y uno por mi lugar de trabajo haberse unionado (todo ese dinero se fue en el pago de la hipoteca y las utilidades). Por lo que al día de hoy estoy haciendo todos mis pagos al día con el dinero del reintegro de Hacienda.
Ya que saben mi historia económica… vamos a las supuestas sugerencias de ahorro. Estaba por escribir sobre esto hace unos días, hasta que en la prensa publicaron un reportaje con sugerencias que prometen reducir el roto del bolsillo (fuente Primera Hora, 23 de junio de 2008).
Sugerencia sobre Agua y Luz: cambie las bombillas, apague la luz, desconecte enseres, no use mucho el calentador de agua, use ropa fresca, use el abanico en vez del aire acondicionador, lave la ropa una vez a la semana, lave el carro cuando sea necesario.
Sugerencias sobre la Comida: Haga compra una vez a la semana y lleve almuerzos al trabajo, compre lo esencial para que no tenga que botar, busque ofertas, coma en casa porque es más saludable, compre en SAM’s artículos de mucho uso (como papel de baño, detergentes o artículos congelados).
Sugerencias sobre Gasolina y Transporte: Llene el tanque de gasolina por la mañana para que rinda, lleve su carro a mantenimiento cada 3 meses, cambie el aceite y filtro cada 3 meses o cada 3 mil millas, no sobrecarge su carro que no es un clóset, use los atajos para huirle al tapón, usen un solo carro, haga un “car pool” con los compañeros de trabajo que quedan en ruta.
Sugerencias sobre Entretenimiento: Haga presupuesto para sus salidas de fin de semana, haga uso de lo que ya tiene, no necesita la versión cara de televisión por cable, alquile películas en vez de ir al cine, escoja un destino en vez de darse la vuelta a la Isla, entreténgase en casa, si no ve cable elimínelo, ejercítese en casa en vez del gimnasio.
Mi vida sobre Salud y Medicamentos: Nada más no voy al médico ni a la farmacia, porque la porquería de plan médico que tengo hace que tenga un deducible estúpido que no sirve.
Y (OJO), no todos los genéricos funcionan igual que marca. A veces algunos son mejores, otros son peores. No se puede hablar de absolutos, sino de mayoría o minoría. Y con la poca agua que tomo, no sería agradable que algún medicamento me provoque daño renal.Bueno, que largo. ¿No? Dudo que me hayan leído. Pero fue buena catarsis. Incluso, dejé de ir a una parroquia en Cupey para ir a la que queda al lado de donde vivo. Así me ahorro la gasolina.
¿En qué quedamos los que nos hemos portado bien, no somos adictos a algo, no bebemos, no fumamos, no nos hacemos uñas, no nos pintamos el pelo, no compramos ropa cara (o ninguna), tratamos de no ensuciar nada, etc.? Hacemos de todo para no gastar dinero, y no funciona… mientras miramos para el lado en la fila de compra, un señor acompañado de su mujer con sus uñas, sus zapatos, su pelo, su ropa, un carrito lleno de compra valorada en $200… y pagando con la famosa tarjeta de la Familia (no estoy criticando a los que la obtienen por verdadera necesidad, o las que la han usado una o dos veces… sino a los que abusan). ¡Ah! No tenemos hijos, no fiestamos, no vamos al cine si quiera, los amigos son escasos y ni le podemos comprar regalo de cumpleaños… ¿Alguien nos quiere aportar a los que no tenemos vida normal?
¿Alguien tiene alguna sugerencia que yo no conozca y sirva de verdad para los que no abusan? ¿Alguien ha visto un árbol donde crezcan dólares? Al parecer ya debería otra vez ir buscando trabajo de noche.
PD: Por favor, me perdonan el revolú que escribí si no tiene mucha concordancia o está mal escrito gramaticalmente, etc. porque a la verdad que no estaba pensando mucho en líneas de conexión entre párrafos, etc. Después de todo, no soy una artista literaria jeje.

Meryland Cuevas, is an Award-winning Latina Influencer, Content Creator, Brand Ambassador & Social Media Strategist. She is also a Certified Transformational & Assertiveness Coach, Public Speaker and Author. Let’s connect on Social Media, I promise you will always get good stuff from me.
“Dreams have no expiration date”
Anónimo
February 10, 2012 4:55 pmasi mismo esta mi lechoncito en este momento….flaco y desnutrido 🙁
MYRIAM RODRIGUEZ
February 10, 2012 9:46 pmEL COSTO DE VIDA SIGUE SUBIENDO…LAS COSAS MAS CARAS Y LOS PATRONOS NO HABLAN DE AUMENTOS. Y LAS NOTICIAS QUE SE OYEN DIARIAMENTE NO SON NADA ALENTADORAS…POR EJEMPLO QUE LA GASOLINA SUBIRA A $ 1.26. PUES SE AHOGARA LA GENTE EN LOS CARROS EN PURO VERANO PORQUE EL USO DEL ACONDICIONADOR DE AIRE GASTA GASOLINA…Y ASI POR EL ESTILO…NADA, TODO LO QUE HAS DICHO ES MUY CIERTO …POR ESO ES QUE MUCHOS ESTAMOS COMO LAS RODILLAS DE UN CABRO…PELAOS…
MIlly Diaz
February 10, 2012 9:48 pmPues fijate M. Aviles, yo sí leí el escrito completo. Me sentí identificada. Con la crisis gubernamental (el famoso cierre del gobierno de Anibal) comenzó mi crisis financiera. La persona que soy ahora no es la misma de antes, he aprendido a ser sencilla, humilde, tengo una guagua menos costosa, ya no voy al salón de belleza porque en ese entonces aprendí a hacerlo todo en casa (blower y plancha)… Mis amigos ya no son los mismos, aquellos amigos que vivian en la loza en el Condado, Los Paseos y Montehiedra ya no se nada de ellos… NO los extraño tampoco… Adelante chica, que como diría un politico por ahí, lo mejor está por venir…